Cada
vez que se tratan los términos: “Agroecología” y/o “Cultivos Orgánicos”, no es
más que la agricultura autóctona de épocas pasadas, en donde por no existir la
disponibilidad comercial de agroquímicos y materiales genéticos manipuladas, se
recurrían a prácticas rudimentarias como: Barbecho, Conuco, Uso de Excrementos
de animales, Compostaje y Materiales Genéticos Originarios. Todas estas
prácticas caracterizan a una agricultura “limpia” de residuos químicos y por lo
tanto una Agricultura más “amigable” con la naturaleza, de carácter netamente Agroecológica.
La disyuntiva se origina cuando
se presenta la definición de productividad sobre estos sistemas, razón por el
cual, el tema no es desechar el sistema por improductivo, sino revisar estas
prácticas para intervenir su eficiencia y su efectividad sin causar cambios en
la dirección y naturaleza de la práctica.
Uno de los temas de mayor
importancia es el eferente a la disponibilidad del abono orgánico, la calidad
del producton así como su distribución y comercialización. Por ello es
importante crear conciencia del conocimiento de estos materiales.
El abono orgánico es un material
producto de la biodegradación de residuos orgánicos, dirigido
por la biomasa de microorganismos autóctonos en donde se concentra un conjunto
de nutrientes en forma de minerales biodisponibles en función de la tasa de
mineralización, provee un suministro pausado de nutrientes debido a la baja
tasa de mineralización (liberación de
minerales), que mejora las condiciones físicas, químicas y biológicas del
suelo, y en este sentido, juegan un papel fundamental en la nutrición de las
plantas y en consecuencia en la producción Agroecológica.
Cuando se presenta la idea de la
producción industrial de abonos orgánicos la principal limitante son las fuentes
y nada más falso, ya que en cualquier proceso existe un material residual que
dado la naturaleza de su uso se convierten en desechos con la consecuente
dificultad para su disposición final.
Hay que
introducir, en la discusión de la producción industrial, un elemento importante
de la composición de los desechos que es “El Elemento Pesado”, dicho termino
hace se referencia, principalmente, a aquellos
minerales que por su naturaleza química y niveles de concentración, son tóxicos
a los seres vivos no forman precipitados y bio magnifican en los tejidos
humanaos, imposibilitando su eliminación del organismo humano por las vías
convencionales, Algunos de ellos son peligrosos para el medioambiente y
la salud (ejemplo: mercurio, cadmio, plomo, cromo), 3 otro causan corrosión (ejemplo: zinc, plomo),
o son dañinos por otros medios (ejemplo: el arsénico puede contaminar los
catalizadores). Los once elementos más importantes son Arsénico, Cadmio,
Cobalto, Cromo, Cobre, Mercurio, Manganeso, Niquel, Plomo, Estaño y Talio, de
los cuales sus emisiones en incineradores están reguladas. Algunos de ellos son
necesarios para los humanos en pequeñas proporciones tales como, (cobalto,
cobre, cromo, manganeso, niquel) mientras otros son carcinogénicos o tóxicos,
afectando, entre otros el sistema nervioso central (manganeso, mercurio, plomo,
arsénico), los riñones o el hígado (mercurio, plomo, cadmio, cobre) o la piel,
los huesos, o dientes (niquel, cadmio, cobre, cromo). La diversidad de origen
de las fuentes que se pueden emplear para la fabricación de los Abonos orgánicos, implica la necesidad de
efectuar un Análisis Químico, antes de tomar la decisión de su uso, ya que en función
del origen, una misma fuente puede estar contaminada con aguas residuales,
otros desechos que impliquen un cierto grado de toxicidad.
Actualmente, se buscan nuevos
productos para generar aumentos de la producción agrícola, que sean totalmente
naturales, de origen orgánico y en esa dirección están orientados los
principales centros de investigación. Existen empresas que están buscando, en distintos
ecosistemas naturales, sobre todo tropicales, distintas plantas, extractos de
algas, etc., que desarrollan en las diferentes partes de las plantas, distintos
sistemas que les permitan crecer y protegerse de enfermedades y plagas. De esta
forma, en distintas fábricas y en entornos totalmente naturales, se reproducen
aquellas plantas que se ven más interesantes mediante técnicas de
biotecnología
En estos centros se producen
distintas sustancias vegetales, para producir abonos orgánicos y sustancias
naturales, que se están aplicando en la nueva agricultura. Para ello y en
diversos laboratorios, se extraen aquellas sustancias más interesantes, para
fortalecer las diferentes plantas que se cultivan bajo invernadero, pero
también se pueden emplear en plantas ornamentales, frutales, etc.